jueves, 3 de julio de 2014

Esto no se puede hacer

"Esto no se puede hacer".
¿Cuántas veces hemos escuchado esto en la vida? Muchas, seguro.
Esta entrada al blog no es uno de esos tochos motivadores, que hacen que uno confíe más en sí mismo y se enfrente con mejor cara a problemas que le causan angustia. No es un viaje al optimismo a lo Eduard Punset.
Pero ya que estoy no vendría mal:
Una vez alguien encargó a un informático que programara una hoja de cálculo complicada, que sumara de aquí hiciera no sé qué con esta y aquella celda y luego encontrara algo para que junto con no sé qué más hiciera aquello otro... En definitiva algo tedioso y complicado. El informático dijo que eso no se podía hacer con una hoja de cálculo a lo que el promotor le trajo un piano y le pidió que tocara la Sonata nº 29 en Sib Mayor de Beethoven. El informático le dijo que no sabía, a lo que su promotor le respondió, de acuerdo, pero no significa que el piano no pueda.

Como digo, no trato de motivar, sino dar una lección de pedagogía (sin ser yo nada de eso) que haga pensar a los profesores de matemáticas. Es una propuesta sutil, algo un poco tonto incluso, y que algunos pueden considerar hasta contraproducente.
Las matemáticas, como todo en la vida escolar, se enseñan desde lo más sencillo a lo más difícil, día a día, mes a mes, curso a curso, aprendemos cosas nuevas. Cuando somos pequeños y nos cuesta horrores hacer una cuenta y vemos los apuntes de los "más mayores", hermanos, primos, apuntes casuales de algún desconocido, con cantidad de letras, ecuaciones, sumatorios (¿lo cuálo? Una M tumbada -Ah, gracias), etc. En fin, que creemos que JAMÁS seremos capaces de llegar a esto. Pero llegamos.
Enseñar matemáticas no es del todo fácil, pero sí cuando lo que haces te gusta y te motiva día a día, cuando no te has sacado la plaza de funcionario y has pensado "ahora a vivir y dormir", sino que pensar que un alumno se ha ido sin entender lo que le has explicado de cuatro formas diferentes te quita el sueño pensando en una quinta nueva, que se adapte a él y que, entonces sí, haga que lo entienda para siempre, para cuando lo necesite como herramienta para ejercicios y problemas futuros más complejos.

Al final me he enrollado como siempre, más de lo que quería... Voy al grano.

Cuando enseñemos a los alumnos algo, no les digamos "esto no se puede hacer".

Me refiero, claro, cuando sea algo que SÍ se puede hacer, pero más adelante, cuando tengan las herramientas.
Pongo un ejemplo:
Situación, estamos enseñando a restar a niños por primera vez, evidentemente solo conocen los números naturales, nada de números negativos y vemos que un niño coloca el número menor en el minuendo y el mayor en el sustraendo y le decimos: "No, si tienes 3 euros en el bolsillo no te puedo quitar 5", "eso no se puede hacer". ¡MENTIRA! 3-5=-2 (que se lo digan a nuestra cuenta corriente), no le comas el coco con explicaciones, simplemente dile que tiene que poner POR AHORA SIEMPRE el número grande arriba, que lo otro lo aprenderá cuando sea más grande, o más adelante o lo que quieras, pero no le digas que "no se puede hacer".

¿Por qué? Voy a dar un par de motivos, pero el principal y más simple es "que les vaya sonando".

Otro motivo, más especial y excepcional, es que hay niños con una curiosidad muy desarrollada, que quizás, preguntando aquí y allá, a padres, tíos, primos, hermanos, aprendan a hacer "la otra resta" antes que a restar llevando.

Si no recuerdo mal, yo empecé con la tabla del 2 en segundo de primaria, con siete años. Pues me he encontrado con un profesor de Análisis Matemático en la carrera que con siete y ocho años estaba derivando de cabeza y resolviendo integrales definidas (las que la solución es un número) mentalmente. Otro profesor me lo corroboró, dijo que cuando en el departamento una integral se les atrancaba iban de despacho en despacho preguntando por los compañeros si alguien sabía el procedimiento a seguir y si llegaban al despacho de este profesor prodigioso y tampoco daba con la tecla, ya era mejor abandonar que seguir intentándolo. Seguro que nadie con seis años le dijo "eso no se puede hacer", sino "ya lo aprenderás más adelante" y él lo aprendió, pero antes, por sus narices.

Por cierto, queridos lectores, NO SE PUEDE DIVIDIR ENTRE CERO.
Pero es que 1/0 es infin... ¡NO, MENTIRA!